El pueblo de Tibú, en Norte de Santander, se estremece ante el asesinato de Jhon Jarry Vargas Sarabia, un valiente líder sindical y activista conocido en la región. La noche del jueves, mientras se dirigía en motocicleta desde un gimnasio hacia su hogar, fue emboscado por dos sicarios que le segaron la vida a tiros.

Vargas Sarabia, además de su labor como líder sindical en la Unión Sindical Obrera (USO), se desempeñaba como ingeniero mecánico y trabajaba como contratista para una empresa asociada con Ecopetrol en la convulsa región del Catatumbo. Deja tras de sí a dos hijos menores y un legado de lucha por los derechos laborales y sociales de los trabajadores.

Con su muerte, el número de líderes sociales asesinados en Colombia durante el 2024 asciende a 63, según datos del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz). Este trágico suceso ha encendido las alarmas entre los defensores de derechos humanos y líderes sindicales en la región, donde la violencia parece no dar tregua.

Jairo Ramírez, delegado de asuntos de derechos humanos de la USO, expresó su preocupación por la creciente ola de violencia que azota a los líderes sindicales en Norte de Santander. Señaló que estos ataques incluyen despojos de armas y vehículos a los escoltas que protegen a los líderes sindicales, evidenciando un fenómeno de violencia que resurge en la región.

Las autoridades locales han iniciado una investigación para determinar los responsables de este cobarde acto. Los familiares de la víctima aseguran que Vargas Sarabia no había recibido amenazas de muerte, lo que añade un misterio a este crimen que enluta a toda una comunidad.

En una región donde operan grupos como el ELN, disidencias y múltiples bandas criminales, la vida de los líderes sociales y sindicales sigue estando en peligro constante. La frontera con Venezuela es testigo de una compleja situación de seguridad que requiere respuestas urgentes por parte de las autoridades.

La mañana de este viernes, las autoridades de Medellín se vieron involucradas en un sombrío descubrimiento: el cuerpo sin vida de una mujer yacía en el cauce del río Medellín, cerca del puente de la Madre Laura, en el barrio Castilla.

Ante la dificultad para recuperar el cuerpo, los areneros locales tomaron la iniciativa y se sumergieron en el río para realizar la operación de rescate. Después de una ardua labor, lograron sacar el cuerpo y entregárselo a los agentes del CTI de la Fiscalía para la inspección correspondiente.

Durante el proceso, se observaron signos de golpes en la cabeza de la víctima, aunque se presume que estos pudieron ser causados por el arrastre del agua. Sin embargo, no se encontraron más indicios de violencia, dejando la causa de la muerte en suspenso.

La identidad de la mujer aún es un misterio, ya que no se hallaron documentos que la identificaran. Se estima que tendría entre 40 y 45 años, y se investiga el lugar desde el cual pudo haber caído al río.

Los forenses de Medicina Legal tomarán la responsabilidad de identificar a la fallecida y determinar las circunstancias de su muerte. Se espera que esta investigación arroje luz sobre si se trató de un suicidio u otras causas aún desconocidas.

El río Medellín ha sido testigo de numerosos hallazgos de cadáveres en los últimos años, registrando 30 casos solo en el año 2023, que abarcan desde homicidios hasta tragedias relacionadas con emergencias climáticas.

El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam) ha emitido un importante pronóstico sobre el cambio climático que se espera en el país en los próximos meses. Según los informes, se prevé una transición del fenómeno de El Niño a una fase neutral, dando paso a la aparición de La Niña.

El Ideam ha indicado que existe una alta probabilidad del 69% de que La Niña se manifieste inicialmente entre julio y septiembre de 2024. Este cambio en los patrones climáticos resalta la importancia de monitorear de cerca la evolución del clima y tomar medidas preventivas ante posibles impactos adversos.

En relación con el fenómeno de La Niña, se anticipa un aumento en las precipitaciones y una influencia significativa en la temporada de ciclones tropicales. Se espera una temporada de ciclones muy activa desde los primeros días de junio hasta el 30 de noviembre, siendo esta la segunda temporada con más lluvias del país. Se prevé que las precipitaciones estén por encima de los niveles normales, especialmente en las regiones Andina y Caribe.

El Ideam ha instado a las autoridades locales, organismos de socorro y comunidades a tomar medidas preventivas para mitigar los posibles impactos adversos de La Niña. Destaca la importancia de la colaboración entre diferentes entidades gubernamentales y la sociedad civil para fortalecer la capacidad de respuesta ante eventos climáticos extremos.

La entidad resalta la necesidad de estar alerta y preparados para enfrentar los desafíos que pueda presentar el cambio de fase del fenómeno climático en los próximos meses. La colaboración y la acción preventiva son fundamentales para minimizar los riesgos y proteger a la población ante las posibles eventualidades.