Danza urbana impulsa liderazgo juvenil y conciencia ambiental

En la urbanización Las Vegas, del municipio de Betulia, la danza urbana se ha convertido en una herramienta de transformación social y cultural para niños, niñas y adolescentes. Este proyecto fomenta el arte como medio de integración, expresión y cuidado del entorno.

A través de sesiones de entrenamiento intensas pero cargadas de entusiasmo, los jóvenes participantes encuentran un espacio donde pueden aprender, compartir y crecer junto a sus compañeros, mientras desarrollan sus habilidades artísticas.

Muchos de ellos se sienten impulsados por la motivación de sus familias o el deseo personal de explorar nuevas formas de expresión, lo que fortalece su autoestima y compromiso con su comunidad.

Esta iniciativa hace parte del programa de educación ambiental promovido por la central Sogamoso de ISAGEN, que busca conectar a la juventud con el arte y la conciencia ecológica mediante actividades que integran danza y naturaleza.

El proyecto, denominado Paisajes Danzantes, enseña coreografías inspiradas en los comportamientos de la fauna que habita el embalse de Topocoro, combinando expresión corporal con educación ambiental.

Una de las actividades más llamativas es el maquillaje artístico, donde los jóvenes decoran sus rostros con dibujos de especies animales en peligro, promoviendo la valoración de la biodiversidad local.

Este enfoque integral permite que los jóvenes no solo aprendan a bailar, sino que también comprendan el valor de su entorno, se sensibilicen frente a su cuidado y se conviertan en agentes de cambio en sus territorios.

En el marco del Día Internacional de la Juventud, celebrado cada 12 de agosto, esta propuesta resalta el potencial transformador de la juventud cuando se le brinda acceso a la cultura, el arte y la formación ambiental.

La apuesta por la danza urbana en Betulia es un ejemplo de cómo se puede generar impacto positivo desde lo local, conectando generaciones con sus raíces y su responsabilidad con el planeta.