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El desove del pescado en el Magdalena sorprendió a los Barranqueños

La creciente de los ríos trae consigo una abundante pesca que beneficia a pescadores y comerciantes 🐟💰

El fenómeno del desove en el río Magdalena

Recientemente, un fenómeno natural ha tomado por sorpresa a los pescadores y comerciantes de Barrancabermeja, en el departamento de Santander, Colombia. Las intensas lluvias que han azotado la región han provocado una subida en el caudal del río Magdalena, lo que ha resultado en una abundante pesca. Este fenómeno, conocido localmente como desove, ha permitido a los pescadores capturar grandes cantidades de pescado, especialmente el codiciado bocachico.

El desove es un proceso natural en el que los peces migran hacia las orillas y caños del río para reproducirse. Este ciclo es aprovechado por los pescadores de la región, quienes, con sus canoas, se adentran en los territorios inundados para capturar el pescado. La temporada, aunque es conocida por ser más activa en otros meses, ha sorprendido a la comunidad en esta época debido a la cantidad de peces que ha sido posible atrapar.

Un ciclo natural que beneficia a todos

La subida de los niveles del río, provocada por las lluvias, permite que los pescadores capturen grandes cantidades de pescado, especialmente el bocachico, que en esta temporada está mucho más accesible en términos de precio y disponibilidad. El desove no debe confundirse con la subienda, que ocurre tradicionalmente en diciembre. Sin embargo, el desove es también un fenómeno que, aunque se da en otra época, permite a los pescadores y comerciantes disfrutar de un festín de pesca inesperado.

Según algunos de los pescadores locales, este evento natural favorece tanto a los que se dedican a la pesca como a los comerciantes que venden el producto. “Los pescadores logran obtener el pescado más fácilmente, y los comerciantes podemos ofrecerlo a precios mucho más bajos,” explicó uno de los pescadores entrevistados.

Precios accesibles para los amantes del pescado

El fenómeno de desove ha sido un alivio para los comerciantes y consumidores, pues ha permitido que el pescado se venda a precios mucho más bajos que en otras temporadas. Los bocachicos pequeños, que tradicionalmente se venden a precios elevados, han alcanzado precios tan bajos como 800-1,000 pesos por unidad.

Sin embargo, a medida que el caudal del río ha comenzado a disminuir y las lluvias mermaron, los precios han ido subiendo. El bocachico mediano ahora se vende a entre 1,500 y 2,000 pesos, mientras que los más grandes pueden alcanzar los 7,000 a 10,000 pesos.

Para los comerciantes, esta temporada de pesca ha sido un “agosto” inesperado, es decir, un aumento de las ventas que no se esperaba en esta época del año. “Ayer, cargamos más de 120 bocachicos en cinco carros que fueron enviados a ciudades cercanas como Valledupar, Cartagena, Barranquilla y Sincelejo,” comentó un comerciante local. Esto se debe a que la demanda de pescado ha sido tan alta que el puerto de Barrancabermeja no ha podido abastecer a todos los compradores locales y regionales, obligando a los comerciantes a distribuir el producto a otras ciudades.

La abundancia de pescado beneficia a todos

El desove y la consiguiente pesca masiva de peces ha sido una oportunidad para todos los involucrados. Para los pescadores, es un alivio el poder capturar tantos peces y venderlos con facilidad. Para los comerciantes, es una temporada de grandes ganancias, y para los consumidores, ha sido una oportunidad de disfrutar de un pescado fresco a precios muy competitivos.

Los pobladores de Barrancabermeja y las ciudades cercanas se han visto beneficiados por esta abundancia de pescado, tanto a nivel económico como gastronómico. Mientras el río sigue regresando a su cauce habitual, el ambiente en la región sigue siendo optimista, pues el desove ha creado una temporada de pesca más productiva de lo que muchos esperaban.

¿Qué sigue para el mercado del pescado?

Aunque la temporada de desove es más corta que la tradicional subienda, los pescadores y comerciantes de Barrancabermeja esperan que, a medida que el río recupere su normalidad, las condiciones para la pesca sigan siendo favorables. Sin embargo, la pregunta que muchos se hacen es cuánto durará esta bonanza de precios bajos y abundancia.

A pesar de que el fenómeno parece haber llegado a su punto máximo, los pescadores y comerciantes siguen atentos a los cambios en el clima y el caudal del río, esperando que las lluvias continúen favoreciendo la pesca. Por ahora, el mercado del bocachico y otros peces sigue siendo un festín para los amantes del pescado en la región del Magdalena.

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