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La «Chúa»: El pueblo en Colombia donde le llenan la casa de basura si se separa de su pareja

Habitantes inundan de basura las casas de quienes se separan y vuelven a convivir, en una tradición que genera debate

En el municipio de Purísima, Córdoba, una peculiar y controversial tradición conocida como «La Chúa» ha generado asombro y debate por su singular forma de castigar a las parejas que, tras separarse, deciden retomar su relación y volver a vivir juntas. Esta costumbre, arraigada desde hace muchos años y transmitida de generación en generación, consiste en llenar de basura la casa de la pareja «infractora».

Según se reveló en el programa ‘Los informantes’ de Caracol Televisión, existe un decreto en Purísima que establece el procedimiento para llevar a cabo «La Chúa», detallando los hechos y exponiendo las razones que justifican que la comunidad inunde de desperdicios la vivienda de la «víctima».

Para proceder con esta acción, considerada repudiable por algunos, se deben cumplir cuatro requisitos: primero, que la mayoría de los habitantes del pueblo participen; segundo, que se lea el decreto en voz alta; tercero, que haya una cantidad considerable de basura; y cuarto, que se haga sonar un artefacto que da inicio a «La Chúa».

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En Purísima, un hombre es el encargado de hacer sonar un caracol, cuyo sonido da vía libre para que los habitantes arrojen objetos, desperdicios y cualquier cosa que encuentren a la casa donde reside la pareja reconciliada.

El alcalde de Purísima, César Carlos Casarrubia, explicó que alrededor de esta tradición existe un gran secretismo, al punto que algunas parejas, al enterarse de que serán objeto de «La Chúa», optan por pasar la noche en otro lugar para evitar ser blanco de este castigo.

Incluso, un habitante que sufrió «La Chúa» comentó que se puso de acuerdo con su pareja para salir de la casa, prefiriendo ver de lejos cómo arrojan basura a su propiedad.

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El alcalde Casarrubia describió «La Chúa» como «un matoneo muy fuerte, que nunca se ha visto en ninguna parte del mundo, se vive de manera jocosa y alegre». En el programa se mostró el momento exacto de la tradición, con un carro con el equipo de sonido a todo volumen reproduciendo la canción «El santo cachón», un anciano tocando la vuvuzela y una multitud reuniendo basura, ramas y objetos para lanzarlos a la casa de los «rejuntados».

Esta polémica costumbre ha generado opiniones divididas, con algunos defendiéndola como parte de la idiosincrasia del pueblo, mientras otros la consideran una intromisión en la vida privada de las personas y un acto de humillación pública.

 

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