En medio de los hostigamientos perpetrados por el Estado Mayor Central de las disidencias de las FARC contra la estación de Policía en Morales, departamento del Cauca, se ha confirmado que uno de los dos uniformados fallecidos en el ataque fue el patrullero Jaime Andrés Calderón Reyes, de 26 años, quien era nativo de Molagavita, Santander.

La situación de emergencia fue evidente cuando el patrullero Calderón Reyes emitió un mensaje desesperado solicitando apoyo aéreo y refuerzos, alertando sobre el ataque en curso por parte del grupo armado.

En Molagavita, la comunidad se encuentra de luto tras conocer la noticia del fallecimiento del joven patrullero. La Administración Municipal compartió un comunicado expresando su pesar y enviando condolencias a la familia Calderón Reyes, elevando plegarias por su eterno descanso y por la fortaleza de sus seres queridos.

El ministro de Defensa, Iván Velásquez, también se pronunció sobre el trágico suceso, expresando solidaridad con las familias de los patrulleros asesinados y reiterando el compromiso de perseguir la justicia en estos casos de violencia contra la población civil y la Fuerza Pública.

Además del fallecimiento de los dos uniformados, las autoridades informaron que otros tres policías resultaron heridos y están siendo atendidos en Cali, fuera de peligro. También se reportó la muerte de dos personas privadas de la libertad que se encontraban en la estación de Policía durante el ataque.

En respuesta a esta ola de atentados terroristas en el Cauca y Valle del Cauca, se lleva a cabo en Popayán un consejo de seguridad extraordinario, con la presencia de altos funcionarios del Gobierno y la cúpula militar y policial, donde se están delineando acciones contra el autodenominado Estado Mayor Central y se busca reforzar la seguridad en la región.

Dos soldados profesionales, identificados como Jefferson Camilo Velasco y William Ronaldo, resultaron heridos en un ataque perpetrado por integrantes de un grupo armado durante la noche del lunes 20 de mayo en zona rural de Cajibío, al norte del departamento del Cauca. Según informes de la emisora RCN Radio, los responsables del atentado serían miembros del frente Jaime Martínez, una de las estructuras del autodenominado Estado Mayor Central (EMC). El incidente ocurrió mientras los soldados, pertenecientes al batallón José Hilario López, patrullaban en la vereda El Dinde y fueron hostigados con artefactos explosivos y ráfagas de fusil. A pesar de la confrontación que duró más de una hora, los soldados heridos fueron evacuados y recibieron atención médica en el hospital Universitario San José en Popayán, donde se reportan estables.

Este nuevo ataque se suma a una serie de actos violentos ocurridos el mismo día en Jamundí (Valle del Cauca) y en Morales (Cauca), donde el EMC perpetró graves ataques. En Jamundí, un ataque con una motocicleta bomba dejó tres niños y dos policías heridos, así como daños materiales en establecimientos comerciales. En Morales, el atentado contra la estación de Policía resultó en la muerte de cuatro personas, incluyendo dos uniformados y dos civiles, además de varios heridos. Los insurgentes también saquearon la sede del Banco Agrario, llevándose consigo una suma considerable de dinero.

Ante esta escalada de violencia, autoridades colombianas convocaron un consejo de seguridad extraordinario en el que participaron la vicepresidenta Francia Márquez, el ministro de Defensa Iván Velásquez, y el ministro del Interior Luis Fernando Velasco. Como medida de respuesta, el Ministerio de Defensa publicó un cartel con los rostros de los presuntos líderes insurgentes, ofreciendo recompensas millonarias por información que lleve a su captura. Además, se anunció una asignación de 25.000 millones de pesos para invertir en la seguridad del departamento, que incluirá tecnología y sistemas de vigilancia avanzados.

La violencia en el Cauca ha generado preocupación en la región, con incidentes como la detonación de artefactos explosivos que han cobrado vidas inocentes, como el caso del niño de 12 años y el adulto mayor de 67 que perdieron la vida la semana pasada en la vía Miranda-Corinto. Las autoridades trabajan en conjunto para contrarrestar esta situación y garantizar la seguridad de la población afectada.

La angustia se cierne sobre la familia de Jhosuar David Mejía Gil, un niño de tan solo 4 años desaparecido desde el pasado domingo 12 de mayo en Valledupar. Las autoridades locales centran su investigación en la madre del pequeño, Angelica María Gil, quien fue vista por última vez con él.

Pese a los esfuerzos desplegados por las autoridades, la búsqueda del menor ha resultado infructuosa hasta el momento, sumiendo a la familia en una profunda desesperación. A pesar de los controles en carreteras, aeropuertos y puntos clave de la ciudad, no se ha encontrado ninguna pista sobre el paradero del niño.

El sábado 18 de mayo, los abuelos de Jhosuar organizaron una velatón en su hogar en el barrio Nuevo Milenio, en un emotivo acto para rogar por la seguridad del pequeño. Sin embargo, la incertidumbre persiste, y el alcalde de Valledupar, Ernesto Orozco Durán, ha prometido el apoyo continuo de las autoridades en la búsqueda.

Los esfuerzos de familiares maternos del niño en ciudades cercanas, como Manaure, La Paz y Media Luna, tampoco han dado frutos. Las tensiones familiares se intensifican, con acusaciones hacia la madre del niño por parte de algunos familiares, mientras que el padre del pequeño ha estado activamente involucrado en la búsqueda.

Una cámara de seguridad captó el momento en que Jhosuar se subió a una motocicleta con su madre, y las imágenes están siendo analizadas por las autoridades pertinentes. La familia hace un llamado a la comunidad para cualquier información que pueda ayudar a encontrar al niño, mientras Valledupar se une en oración por su regreso seguro.