El municipio de María La Baja, Bolívar, se ha visto conmocionado por el caso de Deivis Miguel Álvarez, un hombre que permaneció encadenado y encerrado en una pequeña habitación sin luz natural por más de 20 años en la vivienda de sus propios padres.

La situación salió a la luz cuando un familiar publicó fotos en redes sociales del lamentable estado en que se encontraba Álvarez, generando indignación y movilizando a las autoridades locales para intervenir. Al inspeccionar el lugar, los funcionarios encontraron a Álvarez recluido en una habitación oscura, durmiendo sobre una cama de concreto y haciendo sus necesidades en un hueco en el piso.

La familia argumentó que lo encerraron desde los 16 años por supuestos «comportamientos agresivos» contra otras personas y contra sí mismo. Pese a que aseguran haberlo llevado a revisión médica, no le habrían encontrado problemas psicológicos. «Nos dijeron que tenía un maleficio que lo ponía agresivo», declaró la Secretaria de Salud local, Maribel Pacheco.

Aunque en primera instancia Álvarez mostró buena salud física, las autoridades iniciaron un proceso médico para evaluar sus condiciones actuales tras permanecer por tanto tiempo recluido en esas deplorables circunstancias que violaban sus derechos fundamentales.

El padre de Deivis Miguel, Sander Álvarez, intentó justificar el encierro: «Es que él habla bien, entiende todo, pero a veces algo cambia y se comporta mal. Es algo que le da de repente y luego se le quita».

Tanto la Secretaría de Salud como la de Inclusión Social hacen acompañamiento a la familia y socializan las graves consecuencias de haber mantenido a una persona encerrada por más de dos décadas, en condiciones infrahumanas y sin el debido tratamiento médico.

El caso ha generado gran conmoción en el país por el trato inhumano que recibió esta persona a manos de sus propios familiares, quienes argumentan haberlo encerrado por su propio bien ante la falta de soluciones médicas.

Un joven vigilante de tan solo 22 años perdió trágicamente la vida en un violento ataque perpetrado por una peligrosa banda criminal en el sector de San Andresito de San José, en Bogotá. El lamentable hecho ocurrió cuando el guarda de seguridad advirtió a un grupo de aproximadamente 8 delincuentes que cesaran su intento de robo de autopartes en la zona.

Lejos de acatar la advertencia, los criminales, presuntamente bajo efectos de drogas y alcohol, respondieron con una brutal agresión a cuchillo contra el valiente vigilante. La víctima quedó gravemente herida en plena vía pública hasta fallecer posteriormente en el lugar de los hechos.

Horas antes, el mismo grupo delictivo había agredido violentamente a un vendedor informal que intentó evitar los robos, dejándolo herido tras atacarlo también con arma blanca. Las autoridades investigan intensamente los hechos con apoyo de videos de seguridad para lograr la identificación y captura de los responsables.

Este crudo crimen que enluta a la capital ha generado indignación ciudadana y reavivado preocupaciones sobre la creciente inseguridad en Bogotá. En el primer trimestre se reportaron 887 hurtos a vehículos y un alarmante aumento del 11,8% en casos de lesiones personales.

En un intento por frenar la ola de violencia, se esperan acciones contundentes de las autoridades para brindar mayor seguridad a los bogotanos y evitar que se repitan hechos tan lamentables como el asesinato de este joven vigilante a manos de una despiadada banda criminal.

En la vía Bucaramanga-Barrancabermeja se registran dificultades en la movilidad debido a un bloqueo realizado en protesta por la prohibición de vehículos pesados. El cierre, organizado por transportistas y miembros de la comunidad, tiene como principal demanda la eliminación de las restricciones impuestas desde octubre del año anterior.

La restricción de movilidad para vehículos pesados y buses de gran tamaño fue implementada luego de un deslizamiento en el sector Angelinos, que también afectó la construcción de la doble calzada debido a una presunta falla geológica y un coluvión. Desde entonces, la Concesión Ruta del Cacao ha restringido el paso de estos vehículos, obligándolos a realizar recorridos más largos por el municipio de San Alberto, en el Cesar, lo que incrementa los tiempos de viaje en más de tres horas por trayecto.

Los comerciantes ubicados en este tramo de la carretera han reportado pérdidas debido a la disminución del flujo de transportistas. Por otro lado, los conductores han sufrido pérdidas económicas por el aumento en los costos de fletes y el consumo de combustible y llantas.

El Mayor Emmanuel Bolívar, jefe de la Policía de Tránsito en Santander, ha advertido sobre las demoras y congestiones vehiculares que pueden surgir a raíz de esta situación. Se insta a la población a tomar precauciones adicionales para garantizar la seguridad y fluidez del tráfico.