Las intensas lluvias que se han presentado en los últimos días en el departamento de Santander han desencadenado una serie de emergencias en diversos municipios, generando alarma entre los habitantes y requiriendo una respuesta inmediata por parte de las autoridades competentes.

Según reportes, municipios como Puerto Wilches, Barrancabermeja, Sabana de Torres, Vélez, Barbosa, San Gil, Socorro, Barichara, Mogotes y Simacota han enfrentado situaciones críticas debido a los efectos de las precipitaciones. Estos eventos han puesto a prueba la capacidad de respuesta de los organismos de gestión de riesgo y han evidenciado la vulnerabilidad de las comunidades frente a los fenómenos naturales.

En la región del Bajo Rionegro, los pescadores han hecho un llamado urgente a la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB) y a la Alcaldía de Rionegro, solicitando apoyo ante la emergencia ambiental que enfrentan. Las lluvias han afectado gravemente sus actividades económicas y han puesto en riesgo su sustento diario.

Pedro Conde, Director Departamental de la Gestión de Riesgo y Desastres, informó que las precipitaciones han provocado deslizamientos en zonas como El Playón y Betulia, poniendo en riesgo la integridad de las vías y la seguridad de los habitantes. Asimismo, en Sabana de Torres se han registrado crecientes súbitas en importantes fuentes hídricas, como la quebrada La Paramera, lo que ha generado afectaciones en las comunidades ribereñas.

El área metropolitana de Bucaramanga tampoco ha sido ajena a los impactos de las lluvias. Se han reportado deslizamientos, caídas de ramas y rocas, especialmente en la vía que comunica el Palenque con Café Madrid. Estas situaciones han dificultado la movilidad y han requerido la intervención de las autoridades para garantizar la seguridad de los ciudadanos.

Ante este panorama, las entidades operativas del sistema de gestión de riesgo departamental se mantienen en alerta máxima, preparadas para atender cualquier emergencia que pueda surgir. Es fundamental que la ciudadanía siga las recomendaciones de las autoridades, evite zonas de riesgo y esté atenta a la información oficial para salvaguardar su integridad.

Las administraciones municipales y departamentales deben trabajar de manera articulada para brindar una respuesta efectiva a las comunidades afectadas, priorizando la atención a las familias más vulnerables y la rehabilitación de las zonas impactadas. Solo a través de un esfuerzo conjunto y solidario será posible superar esta difícil situación y fortalecer la resiliencia de los santandereanos frente a los desafíos impuestos por la naturaleza.

En la tarima de eliminatorias del prestigioso Festival de la Leyenda Vallenata en Valledupar, el talento musical del acordeonista barranqueño Jairo Andrés De La Ossa está cautivando al público y jurados con sus interpretaciones.

En el segundo día del festival celebrado este miércoles 1 de mayo, De La Ossa dejó en alto su nombre y el de su tierra natal al lucirse ejecutando aires de paseo y merengue con destreza en su acordeón.

El artista barranqueño compite en esta edición contra medio centenar de exponentes de altísimo nivel en la música vallenata, género que domina a la perfección gracias a sus años de trayectoria.

De hecho, en 2011 Jairo Andrés De La Ossa se adjudicó el primer lugar del Festival de la Leyenda Vallenata, superando a grandes figuras como Ferney Luis Arrieta y Mauro Millán.

Pero sus logros en los escenarios vallenatos vienen desde muy pequeño. En 2003, a sus 12 años, figuró en el cuadro de honor como Rey Infantil del mismo festival en Valledupar.

Además, fue coronado como Rey del Festival de Acordeones del Río Grande de la Magdalena en su ciudad natal, Barrancabermeja, donde inició su formación musical desde niño.

Con su indudable talento y la garra que lo caracteriza, De La Ossa buscará reeditar sus éxitos pasados y adjudicarse un nuevo campeonato que llene de orgullo a Barrancabermeja en la nueva edición del Festival Vallenato.

La pequeña comunidad de Girón, Santander, está sumida en la consternación y la indignación tras el aberrante crimen cometido contra Kerly Cuevas, una niña venezolana de apenas 8 años de edad que fue hallada sin vida en una zona boscosa del municipio. Las primeras pesquisas apuntan a que habría sido raptada y asesinada por su propio arrendador.

Los hechos se remontan a la mañana del pasado miércoles 1 de mayo, cuando Kerly salió a jugar con otros menores cerca de su residencia en el barrio El Rincón de Girón. Horas más tarde, fue reportada como desaparecida por sus familiares, quienes de inmediato dieron aviso a las autoridades.

A través del análisis de cámaras de seguridad, se logró identificar que la última vez que se vio con vida a la pequeña, estaba acompañada de un hombre al que reconocieron como su arrendador, un sujeto de 48 años.

De forma inmediata se activaron los operativos de búsqueda con la participación de la Policía Metropolitana, el Ejército y organismos de socorro. Tras varias horas de intensa labor, el hombre fue capturado, pero en un primer momento se negó a revelar el paradero de la niña.

La angustia cundió entre los familiares y comunidad de Girón, quienes en medio de la desesperación salieron a las calles a exigir justicia por la pequeña Kerly. «¡Justicia! ¡Eso no se le hace a una criaturita tan chiquita!», clamaban desconsolados.

Finalmente, en horas de la noche, los peores temores se confirmaron cuando en una zona boscosa de las afueras de Girón fue hallado el cuerpo sin vida de la menor. Su arrendador, identificado como presunto responsable del atroz crimen, ya se encuentra judicializado por la Fiscalía.

El alcalde de Girón decretó luto municipal y envió un mensaje de solidaridad a los familiares, además de hacer un angustioso llamado a los padres a proteger y no dejar solos a los menores de edad. «Sepan en qué manos están dejando a sus hijos», puntualizó la autoridad local.

En medio del profundo dolor, la comunidad exige que se haga justicia y no haya impunidad en este reprochable caso que una vez más estremeció al país por la violencia ejercida contra la niñez.