Gregorio Eljach es elegido procurador general de la Nación para el periodo 2025 – 2029

El Senado de la República eligió a Gregorio Eljach como el nuevo procurador general de la Nación para el periodo 2025 – 2029. Con 95 votos a su favor, Eljach fue ternado por el presidente Gustavo Petro y asumirá el cargo a partir de enero del próximo año. El exministro Luis Felipe Henao solo consiguió tres votos, mientras que el excongresista Germán Varón Cotrino obtuvo dos votos.

Eljach, un destacado abogado y figura clave en el Congreso de la República, asumió un papel fundamental durante su presentación en el Senado al defender las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En su intervención, manifestó que la Procuraduría no debe imponer sanciones disciplinarias a funcionarios electos por voto popular, apoyando así el concepto de la CIDH.

Durante los últimos 12 años, Eljach se desempeñó como secretario del Senado, donde su trabajo fue crucial para garantizar el cumplimiento de los reglamentos y velar por el trámite adecuado de más de 700 proyectos legislativos. Este extenso conocimiento del proceso legislativo y su capacidad para construir consensos lo convirtieron en una de las figuras más respetadas del Congreso.

Nacido en Fusagasugá el 12 de marzo de 1959, Eljach es abogado de la Universidad del Cauca, con especializaciones en Derecho Público, Derecho Constitucional, Derecho Urbano y Gestión de Entidades Territoriales. Además, cuenta con un Máster en Gobierno Municipal de la Universidad Externado de Colombia, lo que refuerza su experiencia en el manejo de las instituciones del Estado.

Eljach ha estado vinculado al Congreso desde 1995, cuando ingresó como secretario de la Comisión de Ordenamiento Territorial gracias al expresidente del Congreso, Aurelio Iragorri Hormaza. Durante su trayectoria, ha sido parte fundamental en la expedición de códigos de Ética y Disciplinario, así como en importantes reformas del Estado, del sistema judicial y de la política de equilibrio de poderes.

Su designación como procurador general genera expectativas sobre el futuro de la entidad, especialmente en lo que respecta a su papel en la supervisión de la ética pública y en el cumplimiento de las recomendaciones internacionales, todo en un contexto político de cambios y desafíos institucionales.