Actualidad
Madres de Campo 23 aprenden crochet gracias a talleres impulsados por ESSA
🪡 Más de 100 mujeres transforman su vida con formación gratuita y certificación oficial 🎓

En Campo 23, una zona rural de Barrancabermeja con más de mil habitantes, la Empresa Electrificadora de Santander (ESSA) adelanta una significativa iniciativa social: talleres gratuitos de tejido crochet dirigidos principalmente a madres cabeza de familia.
La propuesta ha tenido gran acogida entre las mujeres del sector, quienes ven en este aprendizaje una oportunidad de emprendimiento, autonomía económica y fortalecimiento comunitario. Muchas de ellas han logrado crear bolsos, mochilas, tapetes y accesorios como manillas, combinando creatividad con nuevas posibilidades de ingreso.
Las beneficiarias destacan que los talleres no solo les han permitido aprender una nueva habilidad, sino también compartir tiempo de calidad con familiares y vecinas. En algunos casos, varias generaciones han participado, reforzando los lazos comunitarios.
“Mi sueño es tener un almacén de ropa, y ahora ya puedo hacer bolsitos y manillitas. Este es un primer paso”, comentó una de las participantes, quien valora la iniciativa como un impulso real hacia su independencia económica.
Al finalizar el curso, las participantes reciben una certificación oficial, un elemento clave que les da respaldo para emprender, ofrecer sus productos y buscar oportunidades en ferias, asociaciones o programas de apoyo gubernamental.
ESSA afirma que esta estrategia busca empoderar a las comunidades rurales, especialmente a las mujeres, y contribuir a un desarrollo más equitativo y sostenible. “Brindamos oportunidades que encienden el futuro de nuestra región”, señalaron voceros de la empresa.
El impacto del proyecto ha sido positivo no solo en lo económico, sino también en lo emocional, pues las mujeres expresan sentirse más seguras, valoradas y motivadas para seguir creciendo personal y profesionalmente.
Las clases se realizan de forma periódica en espacios comunitarios del corregimiento, bajo la orientación de instructores especializados en técnicas de crochet y economía solidaria.
En Campo 23, las agujas y los hilos se han convertido en símbolo de resiliencia, creatividad y esperanza, dejando claro que una formación oportuna puede cambiar vidas.
