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Santa Rosa del Sur vive una grave crisis por grupos armados
Más de 400 hombres armados han confinado a miles de personas 😔🧨

Santa Rosa del Sur, en el departamento de Bolívar, atraviesa una alarmante crisis de orden público tras ser cercada por grupos armados ilegales que han sembrado el miedo en varias zonas rurales del municipio. El alcalde Milton Olaya denunció que estos actores han instalado explosivos en caminos y terrenos, confinando a comunidades enteras.
Según Olaya, al menos 400 combatientes se encuentran desplegados en corregimientos como Mariosa y Altos de la Brisa. Esta presencia ha generado desplazamientos masivos y mantiene en vilo a más de 5.000 campesinos y mineros que no pueden abandonar sus hogares por temor a las minas antipersona.
El mandatario local encabezó una marcha ciudadana en la que se exigió la liberación de secuestrados y el retiro inmediato de los explosivos. También se pidió apoyo urgente del gobierno nacional ante lo que organizaciones de derechos humanos consideran una emergencia humanitaria.
Durante la manifestación, Olaya declaró que la población marcha “por la paz y la libertad”, destacando el compromiso de toda la comunidad con la búsqueda de soluciones frente al conflicto armado que golpea la región.
Los habitantes reclaman garantías de seguridad para poder retornar a sus fincas y zonas de trabajo, principalmente en áreas mineras, muchas de ellas ahora convertidas en campos minados por los grupos ilegales.
La situación ha generado un temor generalizado y ha paralizado la movilidad en varias veredas, profundizando el aislamiento de comunidades que ya enfrentaban condiciones precarias por la ausencia estatal.
El alcalde también hizo un llamado directo al gobierno nacional para que haga presencia efectiva en la zona y actúe de manera inmediata frente al riesgo humanitario. La comunidad insiste en que solo con acciones coordinadas entre autoridades, Iglesia y sectores productivos se podrá restablecer la normalidad.
La región del sur de Bolívar ha sido históricamente afectada por la violencia y el abandono institucional, lo que ha facilitado el accionar de actores armados que disputan el control territorial por intereses estratégicos y económicos.
Pese a la presión ciudadana y las constantes denuncias, las respuestas del Estado han sido limitadas, lo que mantiene en incertidumbre a una población que hoy clama por soluciones estructurales y seguridad duradera.
