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Nuncio apostólico preside celebración por aniversario de la diócesis de Barrancabermeja
Monseñor Paolo Rudelli pidió paz y unidad para la comunidad del Magdalena Medio 🙏
En conmemoración del 62.º aniversario de la diócesis de Barrancabermeja, el nuncio apostólico de Colombia, monseñor Paolo Rudelli, presidió el pasado domingo un acto litúrgico en la catedral de la Inmaculada. La ceremonia convocó a una multitud de fieles, quienes se reunieron en la iglesia central de la ciudad para recibir un mensaje de paz y esperanza en tiempos de incertidumbre.
Durante su homilía, el prelado destacó el rol de la diócesis de Barrancabermeja en el Magdalena Medio, una región marcada por el conflicto, pero también por su firmeza en la fe. “Como dijo el Papa Francisco, no somos una iglesia sentada; esta es una iglesia que se mantiene de pie, sirviendo a la comunidad y comprometida con la paz”, afirmó monseñor Rudelli.
Mensaje de unidad y servicio
El nuncio recordó a los feligreses el llamado a ser una iglesia activa y comprometida, enfatizando que la misión de la iglesia no solo está en sus templos, sino también en la sociedad. “La invitación es a levantarnos y servir, a ser una presencia viva y de fe en el Magdalena Medio, y a proyectarnos hacia los próximos 60 años de paz y solidaridad”, sostuvo.
Oración por la paz y el fin de la violencia
En su discurso, monseñor Rudelli invitó a la comunidad a trabajar juntos por un futuro pacífico, resaltando la importancia de la unidad y del fin de la violencia en la región. Su mensaje fue claro: la iglesia tiene la misión de promover el bienestar de todos, fortaleciendo los lazos de paz y esperanza entre las personas.
“Debemos pedirle al Señor por la paz, y comprometernos para que cada uno contribuya al cese de la violencia. En este momento, más que nunca, el país necesita nuestro compromiso para vivir en armonía”, agregó.
Indulgencia plenaria para los asistentes
En una muestra de benevolencia y acercamiento, el nuncio apostólico concedió la indulgencia plenaria a los asistentes, otorgándoles el perdón de sus pecados, un acto significativo que refuerza la conexión espiritual de la comunidad con la iglesia. Este gesto fue recibido con profundo agradecimiento por los fieles, quienes buscan en la fe un camino de renovación y paz.
Fervor y esperanza en la celebración
La ceremonia, que comenzó a las 4 p.m., se desarrolló en un ambiente de solemnidad y reflexión, donde la comunidad compartió oraciones y renovó su compromiso de caminar hacia una vida de fe. La diócesis de Barrancabermeja ha tenido un papel relevante en el Magdalena Medio, no solo por su aporte espiritual, sino también por su participación en temas de desarrollo social, educación y reconciliación.
El acto finalizó con una bendición de monseñor Rudelli en nombre del papa Francisco, quien envió su bendición y sus deseos de paz para los habitantes de la región. “Que el Señor les acompañe y les bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, concluyó el nuncio, dejando en la comunidad un mensaje de esperanza y compromiso para los años venideros.