Diez años sin Gabo: escritor más universal de la literatura contemporánea en lengua española

El 6 de marzo de 1927, Aracataca vio nacer al hijo que años más tarde la pondría bajo los ojos del mundo, con las letras precisas para describir su historia, su magia y su realidad. Gabriel García Márquez, conocido como Gabo, creció en el seno de una familia caribeña del Magdalena sin imaginar que se convertiría en el escritor más universal de la literatura contemporánea en lengua española.

Aunque en 1947 Gabriel García Márquez inició estudios de derecho en la Universidad Nacional de Cartagena, los abandonaría más tarde para dedicarse al periodismo y a la reportería. Sus primeros escritos fueron publicados en El Espectador y El Heraldo, influenciado por autores como Kafka, Hemingway y Virginia Woolf.

En 1955, Gabriel García Márquez publicó “La Hojarasca”, donde por primera vez habló de Macondo y algunos de los personajes que se harían famosos en “Cien años de soledad”. Esta novela marcó el inicio del realismo mágico, una técnica literaria que combina elementos fantásticos con la realidad cotidiana.

Por aquel entonces, García Márquez se fue a vivir a Europa, donde pasó varios años entre ciudades como Ginebra, Roma y París. Fue en Francia donde gestó obras como “El coronel no tiene quien le escriba” y “La mala hora”.

Al regresar a América en 1958, decidió vivir un tiempo en Venezuela, donde trabajó como periodista y escribió “Los funerales de la Mamá Grande”. Su paso por Caracas coincidió con momentos coyunturales como la caída de Rojas Pinilla en Colombia, la insurrección contra Marcos Pérez Jiménez en Venezuela y el triunfo de la Revolución Cubana, lo cual influyó enormemente en su estilo y pensamiento.

Después de esta etapa, regresó a Barranquilla para casarse con el amor de su vida, Mercedes Barcha. Posteriormente, viajó a Cuba, donde entabló una amistad con Fidel Castro, basada en la literatura y la intelectualidad.

Más tarde, García Márquez se estableció en Nueva York, donde trabajó como corresponsal de la agencia Prensa Latina. Durante su estancia en Estados Unidos, el FBI lo mantuvo bajo vigilancia debido a su cercanía con el líder cubano.

A pesar de ser un excelente periodista, García Márquez tuvo problemas con los exiliados cubanos en Estados Unidos, lo que lo llevó a renunciar a la agencia y emprender un viaje por el sur del país. Fue entonces cuando decidió exiliarse en México a principios de los años 80 debido a la persecución que enfrentaba por sus ideas de izquierda y su proximidad con Castro.

Durante su residencia alternada entre México, Cartagena, La Habana y París, García Márquez escribió obras como “El amor en los tiempos del cólera”, “El general en su laberinto” y “Doce cuentos peregrinos”. Además, participó en la fundación de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en Cuba.

En los años 90, García Márquez publicó obras como “Del amor y otros demonios”, “Noticia de un secuestro” y “Vivir para contarla”, esta última siendo una autobiografía que escribió después de ser diagnosticado con un cáncer linfático.

En 1967, fue publicada la novela cumbre del colombiano, “Cien años de soledad”, por la cual sería reconocido con el Premio Nobel de Literatura en 1982. Esta obra se convirtió en un éxito inmediato y llevó a García Márquez a vivir por varios años en Barcelona, donde también escribió “El otoño del patriarca”, “Relato de un náufrago” e “Isabel viendo llover en Macondo”.

La obra de Gabriel García Márquez logró retratar a Colombia y a América Latina a través de un pueblo inventado, en el que lo increíble de la magia y lo crudo de la realidad se combinaron de manera perfecta para sumergir al lector en una experiencia única. Con más de 40 novelas y escritos periodísticos, García Márquez dejó un legado invaluable para la cultura colombiana e hispanohablante.

A una década de su partida, Gabriel García Márquez sigue siendo uno de los más altos referentes del mundo literario, un genio de las letras que puso en el mapa a Macondo y dejó una huella imborrable en la literatura universal.