En un pueblo de Colombia solo se enamoran y casan entre primos
Esta practica lleva mas de 50 años
En Amaranto viven casi 200 personas de una sola familia que se han casado y reproducido entre sí en las últimas dos generaciones.
Hace 50 años, una pareja de primos hermanos se enamoró, lucharon para casarse y formaron una familia de la que salieron 11 hijos y decenas de nietos. Esa es la historia de Luis Aníbal Vanegas Galeano y Alba del Jesús Galeano Henao.
Tal vez, es debido a esta casi inaccesible geografía que los Vanegas, Galeano y Henao, se siguen casando o forman uniones entre primos. Según Ana María Vanegas Galeano, líder comunal, esta tradición comenzó en 1890, cuando desde Jericó, el municipio vecino, llegaron casados Isaac Galeano y Eudoxia Vanegas. El padre de Isaac, Joaquín Galeano, fundó Amaranto.
Aunque la iglesia católica lo considera pecado, la estirpe de los Vanegas, Henao y Galeano no ha dejado su modo de vida y ha continuado con la tradición. Algunos de los hijos han nacido con problemas genéticos de aprendizaje, y hoy en día ya hay varias parejas ennoviadas.
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Para Angie Paola Galeano Henao y Cristian Alejandro Galeano Henao, primos hermanos, quienes llevan dos años de noviazgo, pero se conocen de toda la vida, su relación obedece casi a una regla de la naturaleza, un hecho normal y casi predecible.
“Estudiamos juntos, nos conocemos desde pequeños, además vivimos a cinco minutos, por eso nos podemos ver todos los días. La verdad, para mí es normal, no encuentro una explicación, es pura atracción y cercanía”, dijo Angie.
Otra de las razones por las cuales los primos se fijan en las primas, dice Umberto del Jesús Henao Galeano, es que las mujeres son lindas y “si las cosas quedan en familia, todo es más fácil. No hay tantos problemas o envidias”.
Por eso, señala Umberto, hay solidaridad entre los integrantes de la vereda, el trato es amable, “la estima y el cariño se siente. Nos la llevamos bien entre todos. Celebramos todas las fiestas juntos. Somos la vereda más unidad y sana que tiene Ciudad Bolívar. Acá se puede decir, no hay riñas o peleas y hace años no hay muertes violentas. Nos morimos de viejos”.