La Escuela Industrial de Oiba se encuentra en medio de una crisis educativa, con estudiantes y padres de familia manifestando su inconformidad ante la ausencia de un rector y la falta de docentes en áreas fundamentales. Una marcha de protesta, que tuvo lugar en la troncal central entre Oiba y Barbosa, ha llamado la atención sobre esta preocupante situación que está afectando gravemente la calidad educativa en la institución.

La ausencia prolongada del rector actual, Jorge Porras Mejía, quien está incapacitado desde el 4 de marzo y recientemente extendió su licencia médica por un mes más, ha dejado a la Escuela Industrial sin dirección efectiva. Esto ha llevado a la paralización de actividades administrativas y la falta de un Consejo Directivo y Comité de Convivencia, dejando también a la institución sin ejecución presupuestal para necesidades básicas.

Los estudiantes, en particular aquellos del bachillerato 2023, enfrentan una situación crítica ya que no han podido completar trámites importantes, como definir su situación militar, debido a la falta de certificados de estudios firmados por autoridades competentes.

La comunidad educativa está haciendo un llamado urgente a la Gobernación de Santander para el nombramiento de profesores en áreas clave como español, química, educación física y ética. A pesar de la existencia de licenciados que pasaron el concurso de docentes, la Secretaría de Educación no los ha tenido en cuenta para su asignación, exacerbando la crisis.

Los padres de familia expresan su preocupación por el impacto de esta situación en la calidad educativa, especialmente para los estudiantes que se están preparando para las Pruebas Saber 9 y 11. Como resultado, varios han optado por retirar a sus hijos de la Escuela Industrial y matricularlos en otras instituciones donde puedan recibir una educación adecuada.

La falta de acciones concretas por parte de las autoridades competentes está generando malestar en la comunidad educativa y evidenciando la urgente necesidad de resolver esta crisis para garantizar el derecho a una educación de calidad para todos los estudiantes de la región.

Un incidente violento entre dos estudiantes universitarias en la Universidad de La Salle ha dejado a una joven gravemente herida después de ser atacada con una botella de vidrio. Según informes de allegados y familiares, el altercado se desató debido a tensiones relacionadas con la relación de la víctima, Sofía Ramírez, de 17 años, con la expareja sentimental de la presunta agresora.

Las redes sociales se inundaron con imágenes impactantes que muestran el estado crítico en el que quedó Ramírez después del brutal ataque. Según relatos, el incidente ocurrió el viernes 3 de mayo alrededor de las 7 p. m. en un establecimiento local, donde ambas estudiantes se encontraban.

Juliana Santamaría, de 20 años, supuestamente atacó a Ramírez por la espalda, golpeándola con una botella de vidrio en la cara, provocando heridas severas en su nariz y cortes profundos en su rostro. La presunta agresora, según testimonios, actuó bajo los efectos del alcohol y en medio de un ataque de celos relacionado con la relación previa de Ramírez con su expareja.

Amigos y allegados de la víctima han denunciado públicamente el incidente, compartiendo detalles sobre las tensiones previas entre las dos estudiantes. Según las denuncias, Santamaría había amenazado a Ramírez en varias ocasiones, expresando su incomodidad por la relación entre Ramírez y su exnovio.

La víctima, gravemente herida, fue trasladada a un centro asistencial por amigos luego de que los encargados del establecimiento donde ocurrió el ataque no tomaran acción. Las autoridades competentes están investigando el caso, mientras que la familia de Ramírez busca difusión para evitar que el incidente quede impune.

Este trágico episodio resalta la importancia de abordar los conflictos interpersonales de manera pacífica y la necesidad de crear entornos seguros en las instituciones educativas.

Las últimas horas han sido de emergencia para una familia en el barrio La Floresta, donde el techo de su vivienda cedió bajo el peso de las intensas lluvias. La situación, provocada por el vendaval del martes por la noche, comenzó con grietas en las tejas que luego permitieron el paso del agua, afectando seriamente el cielorraso de la casa.

La mujer residente en la vivienda, quien además es paciente postoperatoria, alertó a las autoridades y los bomberos voluntarios acudieron rápidamente para brindar asistencia. Su labor incluyó ayudar a mover los enseres de la casa y retirar los restos del techo caído, mientras realizaban las advertencias necesarias sobre los riesgos que presentaba la estructura comprometida.

Este incidente refleja el impacto devastador que las intensas lluvias de los últimos días están teniendo en algunas zonas de la ciudad, afectando a familias enteras y dejando viviendas en condiciones precarias. La solidaridad y la rápida respuesta de los bomberos son fundamentales en momentos como estos para mitigar los daños y brindar apoyo a quienes lo necesitan.